Francisco Montaña Ibáñez Grises eran el dĂa, su ropa. Su nombre, sus sueños. Todo lo que habĂa visto. Lo que recordaba era gris. Nada se movĂa de esa quietud mansa y monĂłtona. Hasta ese momento.
Atraparla fue sencillo. Apenas dio dos pasos, como si tuviera que cumplir con la obligaciĂłn de oponer alguna resistencia, y cayĂł en sus brazos. Su cuerpo era en realidad mucho más pequeño de lo que parecĂa gracias al plumaje rojo que la cubrĂa.
Genres:
112 Pages