Catorce mujeres sin nombre

A través de dieciséis cuentos, el autor nos lleva de un recuerdo a otro, todos con nombre de mujer, sin importar que la mujer no sea nombrada. Tratando de embotellar las memorias para poder darles solución, se encuentra con la terrible necesidad de volver a vivir y enfrentarse a todas esas historias o heridas de una vez por todas, sabiendo que la única opción para poder seguir adelante es dedicarles un último momento de debilidad, un último espacio que le permita evitar sus rostros durante las pesadillas que a veces se tienen despierto. Pero no es tan fácil como insultar el recuerdo con ganas de lastimar para decir adiós, pues sin importar el método, toda mujer en esta historia deja una marca; a veces un beso marcado, en ocasiones una herida abierta y muy a menudo, una especie de bomba esperando a que el reloj llegue a cero. Por eso, para el autor, el único objetivo es seguir el instinto y sobrevivir.