Roberto Sosa Máscara Suelta contiene poesía amorosa hecha con sabia medida y precisión de lenguaje, tanto que casi se vuelve música. Este acercamiento de Sosa al erotismo abarca los diversos matices de la carnalidad y deja el saldo de poemas ardientes y diáfanos como "El mar en el aire", "La estación y el pacto", "La fuente iluminada", "La sal dulce de la palabra poesía" y "El cisne negro"...
El ingreso de Sosa en lo que podría denominarse la "línea del deseo" no entraña solamente un cambio de textura sino incluso un desplazamiento de ángulo: lo deseante tiende a generar su territorio particular donde lo que importa es urdir un clima sensual. No es que prevalezcan referencias al acto sexual, sino más bien el susurro, el ronroneo, la red sutil, exquisita de alusiones provocada por los fragores de la lengua.
Hernán Antonio Bermúdez
En ese reino de la intimidad halla natural cabida lo erótico-amoroso, tema recurrente en la poesía sosiana que encuentra desembocadura, en toda su extensión e intensidad, en el libro Máscara Suelta. Sabiamente pasado por el cedazo de la sensualidad verbal, el ritmo amatorio se torna ahí vivencia inacabable, "licor milenario" en que abrevan mujer y hombre "abrazados como dos niños ciegos". Por eso, más allá de la posesión carnal, fugaz y placentera, el amor hace "huesos viejos" a la sombra leal de la memoria.
Rigoberto Paredes
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73 Pages